De las canciones que recuerdo con más emoción es la de La Muñeca de Azul, de las cuál tengo dos versiones. Esta primera versión es la que le cantaba yo a mi bombo cuando no me acordaba de la última estrofa y me la inventé para terminar la canción a mi gusto.
La Muñeca de Azul
Tengo una muñeca vestida de azul
con su camisita y su canesú.
La saqué a paseo se me constipó,
la tengo en la cama con mucho dolor.
Esta mañanita me dijo el doctor
que le dé jarabe con un tenedor.
Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis
seis y dos son ocho y ocho dieciseis,
estos son los besos que yo le daré
para que se cure y se sienta bien
Después he oído otras versiones, la que más hemos cantado en estos lares es la que en la última estrofa cambia así:
Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis
seis y dos son ocho y ocho dieciseis.
Ya me sé las tablas de multiplicar
ya he hecho los deberes, vamos a jugar.
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